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11 julio 2009

"EL SASTRECILLO VALIENTE"

No hace mucho tiempo que existía un humilde sastrecillo que se ganaba la vida trabajando con sus hilos y su costura, sentado sobre su mesa, junto a la ventana; risueño y de buen humor, se había puesto a coser a todo trapo. En esto pasó par la calle una alcaldesa que gritaba:

—¡Rica mermeladaaaa... Barataaaa!¡Rica mermeladaaa, barataaa.

Este pregón sonó a gloria en sus oídos. Asomando el sastrecito su fina cabeza por la ventana, llamó:

—¡Eh, mi amiga! ¡Sube, que aquí te aliviaremos de tu mercancía!

...Y fue así como empezó esta hermosa relación comercial. Pronto fueron creciendo los intercambios a cambio de la mermelada, la Alcaldesa y sus amigos recibían hermosos trajes.

Pronto llegó a los oídos del Molt Honorable Presidente del Reino de Valencia el buen hacer del sastrecillo y la calidad de sus tejidos, así fue como entablaron una hermosa amistad, se hacían regalos por San José, por Navidad y siempre que la ocasión lo mereciera.

El Molt Honorable tenía fama en el Reino de ser bueno y generoso con los suyos, tenía grandes amigos que le organizaban bonitas fiestas y que le evitaban los engorrosos problemas que implicaba semejante cargo. Así fue como aparecieron sociedades que trataban de aliviar al Presidente de sus menesteres:

*ORANGE MARKET que organizó grandes eventos en el Reino de Valencia;

*EULEM que le gestionaba tanto los servicios de seguridad como la gestión de centros de enfermos mentales, tercera edad,...asumiendo hasta la limpieza de los mismos para no incomodar al Honorable Presidente;

*EL GRUPO ORTíZ que se encargaba de mantener limpias las ciudades del Reino, de construir recintos deportivos, de gestionar equipos de fútbol, de construir grandes palacios, etc.

Todos estos amigos permitieron la organización de grandes eventos en el Reino de Valencia, pronto se olvidaron las hazañas del Cid Campeador y empezaron a resonar con fuerza la Visita del Papa de Roma, la American’s Cup, el Gran Premio de Europa de Fórmula 1, la Ciudad de la Luz, la Volvo Oceans Race,...

Los aldeanos estaban tan felices de sentirse el centro del mundo que agasajaban al Rey con regalos y alabanzas. Allí donde iba era bien recibido. No importaba que las calles estuvieran patas arriba, que la gente viviera en la calle, que se hubieran quedado sin trabajo, que no pudieran pagar una casa para vivir o que no recibieran las ayudas para la Dependencia, porque todos estos esfuerzos del Presidente y sus amigos traerían trabajo y prosperidad.

Un día de primavera, alguien le preguntó al Satrecillo Valiente, cuanto te pago el Presidente del Reino por tan bonitos presentes, el Satrecillo se encogió de hombros y contestó:

— ¡Me pagó con su amistad!.






Ja en tenim prou, 3 de Marzo de 2007.

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