Sin saberlo Sofía se ha convertido en una super modelo de Cooperantes Justicieros. Nos gusta más la linea, mil veces más que la de Cruz Roja.
GRACIAS A UN POETA EN LA LUNA.
Sabía que iba a  ser duro, que tres años sin entrar eran muchos porque el tiempo en Gaza tiene  otro paso, otro ritmo. Tres años en los que la maltrecha franja ha sufrido uno  de los ataques más salvajes de los últimos tiempos, tres años de bloqueo  despiadado, tres años de destrucción sistemática. Lo mejor de  todo es leer ese panfleto que repartían y leer que el “secuestro del cabo Shalit  va en contra del Derecho Internacional, las Convenciones de Ginebra y el  estatuto de Roma”. Y yo me pregunto, ¿cómo pueden estos “activistas” salir todas  las mañanas de la tienda que han montado al lado del check point plagada de  fotos de Shalit, vestirse y ponerse delante de la gente que entra a Gaza  repartiendo esa información sin que se les caiga la cara de vergüenza?. ¿Qué  nivel de inconsciencia hay que tener para actuar así? ¿Qué nivel de  maldad? Conseguimos  entrar todas las personas que estábamos en mi grupo. Al otro lado nos esperaban  los compañeros del Palestinian Center for Human Rights, la organización que  presentó la demanda en la audiencia nacional española. Empezamos la visita por  el norte de la ciudad de Gaza. Ver las calles fue suficiente para darme cuenta  de que mi preparación psicológica no me serviría de nada. Casas destruidas,  barro por todas partes, pertenencias de la gente que aparecían todavía bajos los  escombros, la gente viviendo en tiendas de campaña, comercios cerrados. Han  pasado 10 meses desde que terminó el ataque y todo sigue igual. 10 Meses sin  poder reconstruir sus vidas y sin perspectiva de poder hacerlo en el futuro.  ¿Cómo pueden levantarse cada mañana? Esa es la pregunta que me retumbaba en la  cabeza. ¿Cómo pueden seguir de pie? Hablamos con ellos, te cuentan, te lo  vuelven a contar. Una historia tras otra, todas igual de horribles, todas  insoportables, pero todos siguen en pie. Viajamos  hasta el sur de la Franja y seguimos escuchando y viendo destrucción, sin  descanso, no hay refugio en Gaza. No hay tregua. En el horizonte marítimo se ven  los barcos israelíes, en el aire los apaches y aviones de combate, en tierra las  casas destruidas. El único  refugio que queda en Gaza es la sonrisa de la gente. Esa no la pueden borrar con  las bombas. Sonríen y te hacen sonreír, a pesar de las historias escuchadas, a  pesar de la destrucción divisada, a pesar del olor del fósforo blanco. Ellos  sonríen y nosotros con ellos. Ojala nunca  dejen de sonreír. Y nosotros seguiremos luchando para mantener esa sonrisa.  Aunque a veces al verla a mí se me nublen los ojos. Un abrazo fuerte a todos,   Sofía. Fecha: 9 de noviembre de 2009 12:39
Ni todo el  entrenamiento de mundo me hubiera servido para ver Gaza con serenidad. No hay  manera humana de prepararse para ver Gaza. No la hay.
Esperando a que el  ejército Israelí nos permitiera el paso a Gaza nos encontramos con unos  “activistas” israelíes en el checkpoint de Erez. Cualquiera hubiera pensado que  estaban allí para denunciar la terrible situación que vive los palestinos de  Gaza, pero no. Estos “activistas” repartían un panfleto donde pedían a las  personas que cruzaban que les dieran su apoyo y solidaridad para que se liberara  al cabo Gilad Shalit, “secuestrado por Hamas”. Estos “activistas” se ponen  delante del checkpoint que da entrada a la carcel de Gaza y no tienen mejor cosa  que denunciar que el “secuestro” de su soldadito. ¿Y que pasa con el millón y  medio de personas, éstas sí, secuestradas en su propia tierra y sin acceso a  recursos ni medicamentos, sin poder salir? ¿Qué pasa con el secuestro de las  tierras palestinas? ¿Qué pasa con la muerte de sus seres queridos? No, para  estos “activistas” eso no parecía ser motivo suficiente de movilización. Pero  Gilad Shalit, soldado del ejercito israelí, capturado en una acción de guerra  mientras se encontraba en territorio ocupado, eso sí. Pobrecito Shalit,  pobrecito. Él que solo es un soldado de un ejercito que practica la tortura  regularmente, que entra en las casas de gente inocente y se divierte cagando  sobre sus fotos de familia y sus muebles, que se mean encima de los niños, que  mata civiles con total impunidad. Pobrecito Shalit, que injusta es la vida con  él.
 
 
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